ACERCA DE LOS ARTISTAS Y LA CONFIANZA

En definitiva el estilo no son más que los restos constantes que fijamos cuando nos obsesionamos en comprender y aplicar cada una de las técnicas que deseamos para nuestro trabajo y las variaciones que nuestra creatividad hace de las mismas.
Esa mezcla de preferencias y repetición forja marcadas manías que en conjunto pueden resultar en algo estéticamente acertado si nuestro criterio las ha seleccionado con buen gusto.

Si nunca has sentido que te obsesionas con una técnica, un estilo, un tema, una forma, una melodía… es que te falta sin duda la pasión necesaria que aqueja y persigue al artista.

Solamente cuando la obsesión, el criterio, el gusto, la repetición y la pasión alcanzan la suma suficiente el artista es capaz de cristalizar obras memorables.

Para nuestra suerte y disfrute hay quien nace con la capacidad de recorrer ese camino de la manera más rápida y sencilla, genios natos que dejan desde temprana edad obras dignas de pasar a la posteridad.

Sin embargo para muchos se trata de un camino largo, incierto y lleno de dificultades y peligros.

Pero sin duda hay que disfrutar el camino y no renegar de nuestros pasos, ya que son los que nos han llevado hasta donde estamos y son esos pasos los cimientos que asientan nuestras decisiones futuras y las obras que se derivarán de las mismas.
Sea cual sea tu materia, aquel campo creativo al cual hayas empeñado tu alma y esfuerzos, disfruta de cada estadio, no te apegues, sigue avanzando y confía en tu criterio y tu capacidad, pues es esa confianza el combustible que si se utiliza correctamente te hará llegar donde deseas.

Al fin y al cabo toda materialización de una obra no es más que el resultado de conseguir trasladar del plano de las ideas al plano de la realidad algo gracias a la confianza en que es posible hacerlo.

Por eso en muchos casos observamos una confianza y una actitud muy intensa por parte de los artistas, porque es un rasgo necesario para llevar a cabo su labor.

Aunque a menudo ese rasgo desborda el propio ámbito creativo y se filtra a rasgos de la personalidad de manera que pueden ser interpretados como prepotencia o cualquier otra característica poco deseable, pero que en cualquier caso está relativamente bien aceptada cuando se trata de un creador, de un artista, porque de algún modo entendemos intuitivamente que es un rasgo que lleva implícitas esas características necesarias de empeño y confianza que permiten al artista crear algo que trascienda más allá de lo cotidiano.