Me flipan las nuevas tecnologías aplicadas a la creatividad. En serio, me vuelven loco.
Desde crío, dibujar y contar historias era lo mío.
Pero un día, ¡boom!, descubrí las herramientas informáticas.
¿Pintar, crear, dar vida a las ideas? Todo eso, pero con esteroides.
Ahí me enganché. A saco.
No paré hasta entender cómo usarlas.
Y cuando lo pillé, fue como abrir un portal.
Llevar la creatividad a otro nivel, a niveles que ni yo sabía que existían.
Porque esas herramientas no son solo gadgets, son magia.
Magia para explotar todo lo que llevas dentro.
Y yo, pues aquí estoy, exprimiéndolas a tope.